domingo, 9 de marzo de 2014

LA LITERATURA EN LA EDAD MEDIA (Siglos XI - XIV)


 A)    LA POESÍA

a)      La épica y los juglares:  la literatura popular.

En el siglo XII surge decididamente en la España cristiana la literatura en lengua vulgar. Sus primeras manifestaciones son orales y consistían en cantos épicos y líricos a cargo de los juglares. Estos entretenían a las gentes con múltiples habilidades: juegos de circo, música, canto… entre estos entretenimientos hubo uno que toca directamente a la literatura: cuando el texto de los cánticos eran obras de carácter poético.

Las obras juglarescas tenían como asunto temas religiosos o corteses. El grupo más importante de obras propias del arte de la juglaría se denomina Poesía épica medieval (poesía narrativa que canta las hazañas de un héroe local, mezclando realidad y fantasía) y la escuela literaria que ellos representan El Mester de Juglaría (se llama así porque el término Mester significa "oficio", por lo que estaríamos hablando de "el oficio de los juglares").

El género principal de la poesía épica son los llamados Cantares de gesta, extensas narraciones en verso en las que se exaltan las hazañas  y virtudes de los héroes y que se difundían de memoria por plazas y castillos.

La obra más importante que conservamos del Mester de Juglaría es el Poema de Mío Cid:


Es el único cantar de gesta que se ha conservado casi completo y cuya datación se ha establecido a principios del siglo XIII, si bien el verdadero Cid vivió entre 1040 y el 1099. La obra desarrolla el progresivo ascenso de la consideración del protagonista desde una situación apurada en la que pierde el favor real de Alfonso VI hasta que recupera su honor y su posición social. Está dividida en tres partes o "cantares": el del destierro, el de las bodas de sus hijas y el de la afrenta de Corpes.
 
·         Características técnicas y estilísticas:

-          Versos de doce o más de doce sílabas (verso compuesto), de medida irregular y rima asonante.
-          Estructurado en series o tiradas de versos, más o menos largas, cuya rima cambia de una serie a otra.
-     Intervenciones del juglar para llamar la atención de los oyentes: uso de la primera persona, vocativos, exclamaciones del emisor, apelaciones al oyente, diálogos…
-          Abundancia de epítetos "épicos" para exaltar personajes y lugares.
-          Adjetivos precedidos de artículo para menciones geográficas (Castilla, la gentil; Valencia, la clara…)
-          Frecuentes paralelismos y estructuras bimembres (disposición de palabras en grupos de dos)

·         Temática

El contenido del poema recoge temas de tipo político (exaltación del reino de Castilla, en oposición al fronterizo reino de León), socioeconómico (como el afán de ascenso social, el desprecio por la alta nobleza o el prototipo de guerrero fronterizo, propio de reinos en conflicto con territorios en poder de los musulmanes) e individual (exaltación del héroe épico y sus virtudes).

·         Argumento y estructura

El poema está dividido en tres partes o "cantares": el del destierro, el de las bodas de las hijas del Cid y el de la afrenta de Corpes:

-          La primera parte, "El cantar del destierro", narra como el Cid es acusado por envidiosos de haberse quedado con parte de los tributos de los reyes moros andaluces al rey de Castilla. Por eso el rey castellano, Alfonso, lo destierra. El Campeador se despide de su mujer (doña Jimena) y sus hijas (doña Elvira y doña Sol), expresando su deseo de verlas casadas. El Cid lucha en algunas batallas importantes después de las cuales entra en territorio musulmán. Ruy Díaz casi siempre sale victorioso del campo de batalla y acaba sometiendo a muchos pueblos y ciudades. Captura al Conde de Barcelona, pero lo libera a los tres días.

-          En la segunda parte, "El cantar de las bodas", el Cid sigue avanzando hacia el mar. Toma Valencia y en una batalla contra el rey de Marruecos obtiene un cuantioso botín que ofrece al rey. La mujer y las hijas del Cid se van a vivir con él en Valencia. Unos jóvenes nobles (los infantes de Carrión) aspiran a la riqueza del Cid y piden casarse con las hijas. El rey perdona al Cid y permite el matrimonio entre las hijas del Cid y los infantes, a pesar de que el Cid no es noble. Se celebran las bodas en Valencia.

-          La tercera parte, "El cantar de la afrenta de Corpes", empieza cuando se escapa el león del Cid y los infantes de Carrión muestran su cobardía. En el campo de batalla también tienen miedo y se esconden. El Cid tiene un mal presentimiento acerca de los infantes de Carrión, que pronto se cumple. Los infantes se llevan a sus mujeres de Valencia y, en tierras castellanas, las azotan y las dejan medio muertas en el robledal de Corpes. El Cid pide justicia al rey quien convoca a su corte en Toledo donde acuden los infantes. Los que apoyan al Cid se enfrentan con los infantes y sus amigos. El Cid es otorgado las espadas Tizón y Colada (la dote que pagó a los infantes antes de la boda) y hay una lid para reparar su honor. Los infantes de Carrión pierden la pelea y sus matrimonios con doña Elvira y doña Sol quedan disueltos. Los infantes de Navarra y Aragón piden en matrimonio a las hijas del Cid y se celebra la segunda boda. Después de esto se hace referencia a la muerte de Ruy Díaz de Vivar, El Cid Campeador.

b) El Mester de Clerecía: la literatura culta.

            
En el siglo XIII surge una literatura culta cuyo autores son clérigos y hombres cultos con educación latino-escolástica que escriben en lengua romance y con una finalidad didáctica. Utilizan, además, una métrica regular y cuidada: escriben en cuaderna vía, estrofas de cuatro versos alejandrinos, con una misma rima consonante y cesura (pausa interna) en la 7ª sílaba.


Además, el Mester de Clerecía se diferencia de la escuela juglaresca por sus temas, por preferir relatos de tipo sagrado, novelesco, moralizador o de historia antigua. Es una temática más universal, alejada de localismos, que se expresa a través de un lenguaje sencillo pero en el que se aprecia el uso de cultismos y el empleo de los recursos juglarescos para captar la atención de los oyentes.

Dos autores sobresalen dentro de esta escuela:

-          Gonzalo de Berceo, cuyas obras versan sobre vidas de santos o se refieren al culto a la Virgen María. Su principal obra es Los milagros de Nuestra Señora.

-          El Arcipreste de Hita, autor de la primera mitad del siglo XIV que tiene una única obra conocida: el Libro del Buen Amor: Extenso poema de 1709 estrofas muy variadas, donde tiene cabida lo religioso y lo profano, la fábula y la sátira, la observación personal y las influencias literarias, lo popular y lo culto… Son trece historias en las que el autor nos cuenta su vida amorosa con mujeres de toda condición, con una intención didáctica: pretende mostrar los peligros del loco amor para que conociéndose puedan evitarse. Así, junto al tema central (el amor), el autor recoge también el de la muerte y el del destino, uniendo, para ello, materiales diversos:
-          Fábulas y cuentos como demostraciones de los razonamientos de los personajes.
-          Canciones de serrana, satirizando a estos personajes.
-          Elegías: don Hurón y Trotaconventos.
-          Parodias: como la de Don Carnal y doña Cuaresma.
-          Poemas líricos a la Virgen como muestra de arrepentimiento, dolor…

B)    La prosa: Don Juan Manuel (1282-1348)



El Conde Lucanor o Libro de Patronio es la obra más importante de don Juan Manuel. Se trata de una colección de 51 cuentos procedentes de las tradiciones árabe y cristiana, sólidamente engarzados por la historia del aprendizaje de un joven noble, el Conde Lucanor, quien, en conversación con su criado Patronio sobre distintas cuestiones de moral individual o colectiva, va descubriendo, a través de los ejemplos que su ayo le cuenta, la mejor manera de comportarse en la vida para acrecentar su honra y su hacienda.

Se trata, pues, de una colección de cuentos inserta dentro de una ficción general que los enmarca y da unidad al libro. Todos los cuentos que componen el libro tienen una misma estructura, rígida y compleja, que nos permite distinguir en ellos tres planos narrativos bien diferenciados:
·         El Conde Lucanor expone a su criado Patronio algo que le preocupa o le intriga y le pide su opinión.
·         Patronio, para explicárselo, utiliza un cuento a modo de ejemplo.
·         Don Juan Manuel, al final del ejemplo, resume la enseñanza o moraleja en un pareado (dos versos que riman entre sí).

La mayor parte de los cuentos contenidos en El conde Lucanor no son originales de su autor, sino que eran originarios de colecciones de apólogos griegas y latinas antiguas.  El estilo del infante don Juan Manuel pretende la máxima claridad (intención didáctica) y concisión (la cual no consigue por ser un escritor que suele repetir sus ideas constantemente).


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